martes, 12 de septiembre de 2023

LA CHARCA DE SUÁREZ.

INTRODUCCIÓN
 
El motivo de la publicación de esta cita en el blog “Plaiaundiko Hegaztiak”, se debe a mi interés por presentar un humedal ejemplarmente gestionado, en cuanto a la conservación y la aplicación de medidas de protección hacia las aves.
 
Todo ello en contraposición con lo que he observado estos último años en Plaiaundi y el resto de los humedales de la bahía de Txingudi, una absoluta dejadez y abandono, en lo que respecta a la adopción de medidas orientadas hacia la protección de las aves.


DESCRIPCIÓN DEL LUGAR (Charca de Suarez, Motril, Granada).
 
La Charca de Suárez es un enclave de algo más de 13 hectáreas, ubicado en la vega del río Guadalfeo, en la provincia de Granada. Dispone de 8 lagunas. Es el humedal más importante de la costa granadina. Se encuentra a tan solo 150 metros de la playa de Poniente.
 
Dispone de agua en abundancia, procedente de aguas subterráneas que afloran a la superficie en distintos puntos, que se complementan con el aporte del agua de riego, a través de diferentes acequias, creando lagunas perennes.
  

Una temperatura media anual de más de 17ºC, unida a la óptima disponibilidad de agua, favorecen la existencia de un gran número de plantas y animales.
 
Se encuentra situada en un lugar estratégico para que las aves migratorias puedan hacer un alto en el camino y descansar de sus largos viajes.
 
Aunque acoge una gran diversidad de especies de aves, la protagonista fundamental es la focha moruna, con un tercio de la población existente en Andalucía. En la Charca de Suárez hay 6 núcleos reproductores, con excelentes resultados en la cría. Es un enclave fundamental para la supervivencia de esta especie que, sin el apoyo de colectivos e instituciones, entiendo que ya habría desaparecido hace tiempo.
 
Actualmente es una reserva natural concertada. Aunque bien sabemos, el que un enclave se diga que es una u otra cosa, en realidad no quiere decir nada. Hay lugares con un extraordinario “currículum” de titulaciones, en los que, en la práctica, no se aplica ninguna medida enfocada a la protección de las aves.
 
Sin ninguna duda, podemos decir que la Charca de Suárez es un ejemplo de buena gestión, un ejemplo para todos en cuanto a la aplicación de determinadas medidas para, por una parte, favorecer la conservación del lugar, y por otra para crear unas condiciones óptimas que favorezcan la permanencia de la aves.
 
CREACIÓN DEL HUMEDAL.
 
A la entrada del parque hay un cartel que dice: “La Charca, un espacio salvado por los ciudadanos. La Charca de Suárez estuvo a punto de desaparecer. En 1991 el Ayuntamiento de Motril inició unas obras para desecarlo al ser suelo urbanizable. La acción ciudadana, con las asociaciones Buxus, Alborán y Agnaden a la cabeza, con el apoyo de un gran número de docentes y de la sociedad en general consiguieron detener las obras y posteriormente lograron el cambio de calificación del suelo. En 2002 y 2006 se realizaron diferentes obras de acondicionamiento y equipamiento. El 19 de Febrero de 2009 fue declarado por la Junta de Andalucía Reserva Natural Concertada. Hoy, tras 15 años de lucha ecologista, la implicación social sigue activa en el humedal. Más de 1500 familias han plantado un árbol en el momento del nacimiento de sus hijos y continúan cuidándolos; y mas de 130 voluntarios y voluntarias colaboran generosamente en el mantenimiento y cuidado del espacio natural. Una labor que ha recibido numerosos premios nacionales e internacionales”.
 
VISITAMOS LA CHARCA DE SUÁREZ Y COMPROBAMOS CÓMO SE APLICAN LOS CRITERIOS DE PROTECCIÓN HACIA LAS AVES.
 
Esta primavera nos acercamos un día a Motril, Granada, para visitar la Charca de Suárez. Con antelación, habíamos llamado a un número de teléfono establecido y nos habían indicado la fecha y la hora que nos asignaban para realizar la visita.
 
Los terrenos del humedal disponen de un cierre perimetral y una puerta de acceso, que se abre en horario de visitas, permaneciendo cerrada el resto del tiempo. Nos juntamos un grupo de personas y a la hora acordada un gestor del humedal nos abre la puerta y nos permite el acceso. El gestor realiza una breve descripción del lugar y nos informa de que debemos mantener una actitud respetuosa hacia la aves. Vamos recorriendo los observatorios y comentamos las aves que vamos viendo. En el recorrido observo alguna pantalla aislante, realizada con cañas, que aislan las lagunas respecto del tránsito de personas por los caminos. Una vez transcurrido el tiempo establecido nos dirigimos hacia la puerta de acceso, donde, tras agradecer su labor al gestor, abandonamos el lugar.

SEÑALIZACIÓN EXISTENTE EN EL LUGAR.
 
Se adjuntan varias fotografías de la señalización existente en la Charca de Suárez. Una señalización clara y eficiente. En la siguiente foto puede verse las normas de acceso y recomendaciones. Normativa, algo que, al parecer, no la hay ni en Plaiaundi ni en el resto de humedales de la Bahía de Txingudi.
 

La existencia de una normativa específica es imprescindible para poder llevar a la práctica la aplicación de criterios enfocados a la protección de las aves.

En esta otra fotografía se indica sobre la existencia de un periodo de apertura restringido durante la época de reproducción de la fauna. Considero que esta restricción es necesaria y especialmente beneficiosa para las aves.
 

No como en Plaiaundi y resto de los humedales de la bahía de Txingudi, donde se pueden ver perros y gatos sueltos deambulando por el parque en el periodo de reproducción de las aves, algunas de las cuales crían a ras de suelo.


















ALGUNAS FOTOGRAFIAS REALIZADAS EN LA CHARCA DE SUÁREZ.











Esta cita está dedicada a David, granadino, amante de las aves, que en muchas ocasiones nos ha visitado en Plaiaundi, hablándonos con entusiasmo de esta joya que han creado en su tierra, un auténtico modelo de cómo se debe gestionar un espacio natural con criterios de protección hacia las aves y demás especies presentes.
  
En estos momentos en los que todo está en contra de las aves, con una continua degradación y desecación de humedales, entre otros factores, produce una gran satisfacción el conocer de la existencia de lugares como la Charca de Suárez, donde la colaboración de voluntarios, gestores e instituciones ha dado lugar a la existencia de un humedal tan bien gestionado.
 
Lo malo es que dicho humedal sea eso, una excepción, uno de los pocos casos que hay en la península de aplicación eficiente de criterios de protección hacia la aves, pues lugares así, haberlos haylos, pero puestos a contarlos, nos sobrarían dedos de la mano.
 
No estaría de más que, quienes marcan las directrices de gestión en los humedales de la bahía de Txingudi (y otros), visitaran este tipo de lugares, ejemplarmente gestionados, para ir conociendo algunas nociones de gestión, aunque previamente tendrían que entender y asimilar algo, “que las aves necesitan protección”.