Si tratamos el cuadro ornitológico de este pasado invierno,
buena parte del lienzo estaría cubierto por la población de aves residentes en
el parque. También tendrían su protagonismo las especies invernantes, con
grupos de cerceta común, chorlito gris, correlimos común, etc., que han pasado
el invierno en la bahía de Txingudi. También ha habido cortas estancias de
grupos de tarros blancos, alcaravanes y otros. Algún silbón europeo, ánade
rabudo o porrón moñudo. Mosquiteros, lúganos y, avanzado el invierno, grupos de
pájaros moscones alimentándose de los brotes de los árboles, en número
claramente superior a lo que nos tienen acostumbrados. Y para dar alguna
pincelada de distinción al cuadro, un ostrero euroasiático, un archibebe
patigualdo chico, un zampullín cuellirrojo y un mosquitero común siberiano.
No hemos llegado a ver ningún ejemplar de especies como el zampullín cuellinegro, serretas mediana y grande o eider común.
A lo largo del invierno tuvimos días con intensas lluvias,
que dieron lugar al encharcamiento de amplias zonas, seguidos de días con altas
temperaturas, dando lugar a una eclosión de la naturaleza, con la aparición de
flores y de brotes en los árboles que rápidamente se han cubierto de hojas.
Las aves ya arrancan con las funciones de reproducción. Por
ejemplo, vemos ya a las fochas comunes transportando una a una las ramitas para
confeccionar sus grandes nidos. Otras especies como el ánade azulón desaparecen
una temporada a un lugar discreto, para incubar los huevos y reaparecer más
adelante con su numerosa prole.
El día 01 de marzo vimos en Plaiaundi el primer ejemplar de golondrina de esta temporada, como anticipo de las numerosas especies que llegarán desde África para pasar la primavera y parte del verano con nosotros.