Plaiaundi, otoño del 2020.

Como viene siendo habitual estos últimos años, el otoño ha transcurrido  con predominio del buen tiempo. A su finalización hemos tenido días con intensas lluvias, lo que ha provocado el encharcamiento de amplias zonas del parque de Plaiaundi.

Lo de hablar del tiempo reinante no es por dar el parte del tiempo, sino porque es un factor determinante a la hora de provocar determinados movimientos de las aves, para huir del exagerado frío o por la necesidad de encontrar alimento.

Gaviotas Enanas en Plaiaundi.

El pasado día 8 de diciembre pudimos ver, en la laguna grande de agua dulce de Plaiaundi, un ejemplar de gaviota enana (Hydrocoloeus minutus). Se trataba de un ejemplar adulto. Mientras lo observábamos, permaneció en todo momento posado, al fondo de la laguna

Al día siguiente, en la misma laguna, entre numerosas gaviotas reidoras, localizamos otro ejemplar de gaviota enana, joven en este caso. Se alimentaba, picoteando en la superficie del agua, y en ocasiones, cazando insectos al vuelo.

Gaviota Groenlandesa en Plaiaundi

El pasado día 26  de noviembre, en Itzaberri, pudimos disfrutar con la observación de un ejemplar de gaviota groenlandesa o gaviota polar (Larus glaucoides) de primer invierno. Volvimos al día siguiente con la idea de volver a verla, pero no conseguimos localizarla.

Siendo de la subespecie Larus glaucoides glaucoides, cría en Groenlandia y reside en zonas costeras de clima ártico. Tras una larga travesía, vienen a pasar el invierno, distribuyéndose por las costas de Inglaterra, Irlanda, Suecia, Dinamarca, Holanda y Francia, llegando también algunos ejemplares hasta la costa cantábrica.

Plaiaundi, verano del 2020

Finalizando el verano, todavía nos sorprenden algunas crías pidiendo comida a los adultos de manera persistente.

Según avanzaba la estación nos han ido abandonando numerosas especies de aves migratorias, que, tras haber criado en el continente europeo, regresan a Africa, donde pasarán el otoño y el invierno.

Otras aves, según finaliza el verano inician su ruta migratoria partiendo desde las zonas frías del norte de Europa para ir situándose en zonas mas cálidas del sur del continente, donde les resultará mas fácil encontrar alimento. Lo que conocemos como migración postnupcial.

 

El desplazamiento migratorio lo realizan en etapas, que pueden durar varios días, o incluso semanas, según el caso. Las aves van realizando paradas para descansar y alimentarse en diferentes puntos de su ruta migratoria. El Parque de Plaiaundi, y otros humedales de la Bahía de Txingudi, representan una de esas áreas de descanso para las aves, que resultan prácticamente imprescindibles para que las aves puedan completar su viaje.

Plaiaundi, primavera de 2020

Para cuando podemos acudir al parque, por las circunstancias por todos conocidas, la primavera ya está bastante avanzada. Pleno desarrollo de la vegetación, con numerosas flores coloreando campas y contornos de los caminos. Hemos tenido días con abundantes lluvias, dando lugar a amplias charcas de agua en diferentes puntos del parque.

No llegamos a ver algunas especies migratorias, que ya habrán pasado, como tarabilla norteña, colirrojo real, papamoscas cerrojillo y otros. El proceso de cría de las aves ya está avanzado.

Muchas crías ya han abandonado los nidos, encontrando grupos familiares de mitos, carboneros, gorriones, jilgueros, petirrojos, mirlos, zorzales, y otros. Moviéndose de unos árboles a otros, son una continua sinfonía, con las crías pidiendo comida de manera insistente.

Plaiaundi, invierno del 2019/2020

En relación a este invierno que acabamos de pasar, pues no hay mucho que decir. Hemos seguido observando las especies de aves residentes, pero apenas ha habido novedades en lo que respecta a la llegada de aves procedentes del norte de Europa. 

La llegada del invierno la asociamos con las condiciones climáticas propias de la estación, bajada de temperaturas y alguna nevada esporádica, juntamente con temporales de lluvia y viento. Pero no, ha ido transcurriendo el invierno con días de buen tiempo con temperaturas elevadas para lo que corresponde. El mal tiempo ha escaseado.

Parece que cada invierno que pasa van llegando menos aves y se quedan menos tiempo.  Tal y como vamos, para ver determinadas especies será necesario viajar a sus hábitats naturales, pues cada vez tendrán menos necesidad de migrar. 

A la rica manzana

Una de las tareas de las aves, al igual que el resto de los animales, es encontrar su ración de comida diaria.

En esta ocasión han tenido la suerte de disponer de unos manzanos cuyo fruto no había sido recogido, con un considerable número de manzanas en un estado de maduración avanzado y que ha resultado un festín para las numerosas aves que a diario visitaban el lugar.

Mosquitero Común Siberiano, tristis-like

Duerante el mes de enero se ha dejado ver varias veces por Plaiaundi un Mosquitero Común que llama mucho la atención por sus tonalidades grisáceas. Apenas tiene un atisbo de tonalidad verdosa en los bordes de las plumas secundarias. Por su aspecto podemos pensar que podría tratarse de un Mosquitero Común Siberiano. 

No hemos podido escuchar el reclamo, que es una característica diagnóstica de esta subespecie por lo que su identificación, de momento, queda como Phylloscopus collybita tristis-like; es decir, posible mosquitero común siberiano.

Días de lluvia y viento.

Cuando salimos a observar aves, en algunas ocasiones nos tocan de esos días de temporal, con intensas lluvias y fuerte viento.

Estos días resultan complicados, pues cuesta mantener el paraguas con una mano, mientras con la otra se intenta hacer uso de los prismáticos, para ir observando las aves, teniendo que secar una y otra vez las lentes, para poder ver a través de ellas.

El pasado día 30 de noviembre fue uno de esos días. Cuando nos dispusimos a realizar la observación de aves, vimos que había un elevado número de agachadizas comunes alimentándose en los limos, en zonas próximas a los carrizos. Entre ellas pudimos localizar un ejemplar de agachadiza chica, que permaneció alimentándose durante unos minutos, para posteriormente ir adentrándose en los carrizos, hasta desaparecer de nuestra vista.