A primeros de abril iba en piragua por el río Bidasoa cuando, a la
altura de Recondo, oí un fuerte aleteo a mi espalda al tiempo que un Cisne Vulgar
hacía un amerizaje a medio metro de mí y
adoptaba una postura agresiva. Fue tal el susto que empecé a
remar rápidamente para alejarme lo antes posible de allí. Supuse que
estaría defendiendo su territorio en el que probablemente habría nidificado.
Pocas semanas después se confirmaron mis sospechas. Una pareja de cisnes vulgares empezó a pasearse por el río acompañada por seís crías. El macho adulto, siempre atento a cualquier amenaza, se precipitaba sobre los piragüistas que osaban navegar sus aguas. Volando sobre sus cabezas los golpeaba con sus patas o con su cuerpo y los hacía zozobrar e incluso volcar.
Las dos fotos siguientes las saqué el 22 de mayo en el río Bidasoa.
Las dos fotos siguientes las saqué el 22 de mayo en el río Bidasoa.