Para empezar, quiero reivindicar la incorporación del término “ornitológico” al nombre del parque. En Plaiaundi los/las protagonistas no son ni las tortugas, ni los conejos, ni las ovejas, ni los coipús, ni los perros, ni los gatos que deambulan por el parque. En Plaiaundi las protagonistas son las aves. Se da por hecho que cualquier parque público de cualquier ciudad civilizada se gestiona con criterios ecológicos. O sea, “Parque ornitológico de Plaiaundi”.
Se están realizando obras en el exterior del parque. Parte del camino de acceso peatonal está en malas condiciones, con algún punto de paso que nos resulta peligroso.
El día 04 de junio vemos un bando de 105 cigueñas blancas volando hacia el norte. Muy tarde. Probablemente empujadas por la falta de alimento. La falta de lluvias y la elevación de las temperaturas en la Península va provocando la desecación de los humedales y la consiguiente falta de alimento para las aves. El tema no cuadra, las reservas de agua disminuyen mientras su consumo va aumentando. Desertificación galopante.
Peregrinación diaria de buitres leonados hacia los vertederos de la zona, en busca de alimento para subsistir.
En cuanto a Plaiaundi y resto de humedales de la bahía de Txingudi, por desgracia, lo de siempre. Se sigue sin aplicar un plan específico enfocado a la protección de las aves, algo que perjudica a la población de aves presentes.